La cima de la verdad
<< Aunque este universo poseo,
nada poseo,
pues no puedo conocer lo desconocido
si me aferro a lo conocido. >>
El caballero reflexionó sobre algunas de las cosas << conocidas >> a las que se había aferrado durante toda su vida. Estaba su identidad – quien creía que era y que no era -. Estaban sus creencias – aquello que el pensaba que era verdad y lo que consideraba falso -. Y estaban sus juicios – las cosas que tenía por buenas y aquellas que consideraba malas […]
¿Quería decir la inscripción que debía soltarse y dejarse caer al abismo de lo desconocido? […]
Pensando que moriría, se dejo ir y se precipitó al abismo, a la profundidad infinita de sus recuerdos. Recordó todas las cosas de su vida de las que había culpado a su madre, a su padre, a sus profesores, a su mujer, a su hijo, a sus amigos y a todos los demás. A medida que caía en el vacio, fue desprendiéndose de todos los juicios que había hecho contra ellos. […]
Luego por primera vez en su vida, contempló su vida con claridad, sin juzgar y sin excusarse. En ese instante, acepto la responsabilidad por su vida, por la influencia que la gente tenia sobre ella, y por los acontecimientos que le habían dado forma. […]
Repentinamente, dejó de caer y se encontró de pie en la cima de la montaña y comprendió el significado de la inscripción de la roca. Había soltado todo aquellos que había temido y todo aquello que había sabido y poseído. Su voluntad de abarcar lo desconocido le había liberado. Ahora el universo era suyo, para ser experimentado y disfrutado. […]
(Fragmento del capitulo ultimo del libro: El caballero de la armadura oxidada de Robert Fisher, buen libro)
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lucia -
santiago -