Mito Mongol
-Dice el mito mongol de la creación del mundo:
Apareció un perro salvaje que era azul y gris, cuyo destino era impuesto por el cielo. Su mujer era una corza. - Así empieza otra historia de amor. El perro salvaje con su valor, su fuerza, la corza con su dulzura, su intuición y su elegancia. El cazador y la presa se encuentran, y se aman. Conforme a las leyes de la naturaleza, uno debería destruir al otro, pero en el amor no hay ni bien ni mal, no hay construcción ni destrucción, hay movimientos. Y el amor cambia las leyes de la naturaleza. (…)
En las estepas de donde vengo, el perro salvaje es un animal femenino. Sensible, capaz de cazar porque ha desarrollado su instinto, pero al mismo tiempo, tímido. No usa la fuerza bruta, usa la estrategia. Valiente y cauteloso, rápido. En un segundo cambia de un estado de relajación total a la tensión de saltar sobre su objetivo. (…)
La corza tiene los atributos masculinos: velocidad, conocimiento de la tierra. Ambos viajan en sus mundos simbólicos, dos imposibilidades que se encuentran, y superando sus naturalezas y sus barreras hacen que el mundo también sea posible. Así es el mito mongol: de las naturalezas diferentes, nace el amor. En la contradicción, el amor gana fuerza. En la confrontación y en la transformación, el amor se preserva. (…)
El amor es una fuerza salvaje. Cuando intentamos controlarlo, nos destruye. Cuando intentamos aprisionarlo, nos esclaviza. Cuando intentamos entenderlo, nos deja perdidos y confusos. (…)
(Extracto de El Zahir - Paulo Coelho)
1 comentario
Ofelia -