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NOSTALGIA DEL PASADO

Psicologia

Huellas mnémicas

Huellas mnémicas

Una huella mnémica es aquella que expresa un conjunto de imágenes, sonidos, que a su vez están asociados a palabras, frases con un significado propio, que finalmente están conectados a  un circuito emocional determinado.

Esto establece en gran medida la cualidad afectiva del recuerdo.

Estas huellas mnémicas se asocian a otras mediante imágenes, sonidos, etc. o palabras comunes formando algo así como una red de pequeñas conexiones. 

Hace unos días tuve un estallido de huellas mnémicas, ya no veía tanto lo duro sino lo tupido jaja, fue como abrir una caja y todo empezó a salir sin control (por así decirlo) pero resulto muy bonito,  fueron casos aparentemente aislados, encontré algunas fotos  que ya había olvidado que existían y se inicio una serie de recuerdos…volví a escuchar canciones que ni siquiera recordaba…a leer notas pasadas, algunas recientes…se abrieron los cajones de mi mente, guarde cosas nuevas y desempolve algunas viejas.

TOLERANCIA

TOLERANCIA

¿Qué es pues la tolerancia? La palabra en sí, proviene del verbo “tollerare” del latín, que significa soportar o aguantar. Si se le ve literalmente tiene un significado negativo (soportar, no hay más opciones), aun así hoy en día la interpretación ha cambiado y se considera un valor o incluso virtud del ser humano.

 

Ahora bien tolerar es respetar la individualidad de cada persona, como quiera que sea, aprender a convivir con mesura aun en la diversidad de ideas, costumbres, comportamientos, sin rechazar tajantemente a quienes no compartan estos puntos con nosotros; esto no significa necesariamente que estamos obligados a aprobar todos los comportamientos de los demás, no, de ninguna manera es así.

 

Se tolera a la persona, pero no el acto como tal: puede tolerarse al arrogante, más no la arrogancia,  al ignorante, pero no la ignorancia; el enfoque: esa es la cuestión.

 

Tolerar implica, supone que debemos tener la capacidad de mirar, escuchar, pero sobre todo comprender, ser conscientes de que no hay ser humano perfecto, que no poseemos la verdad, que podemos reaccionar de manera equivocada ante alguna situación, que no debemos hacer juicios, como dice Viktor Frankl: “Nadie debería juzgar a nadie, a menos que, siendo completamente honesto consigo mismo, pueda asegurar que no actuaría de la misma manera en iguales circunstancias”; apruebo indudablemente la moción.

 Al ser personas tolerantes estamos haciendo consciencia de nuestra dignidad, pero también estamos aceptando nuestra fragilidad, nuestras limitaciones.

TRANSITORIEDAD

En algún momento de nuestras vidas, desarrollamos un apego a ciertos objetos o personas, ¿por que será tan difícil para nosotros aceptar la transitoriedad de las cosas? Aceptar el momento presente y lo que la vida nos ofrece con plenitud, felicidad pero sobretodo con desapego?

 

El apego es precisamente esa ilusión que tenemos de la permanencia de las cosas, la resistencia a aceptar un cambio ineludible, la terrible negación de que las cosas deben terminar un día, por estas razones con frecuencia nos atamos, nos anclamos, nos enganchamos a personas u objetos que en su momento nos dan seguridad, pero que con el paso del tiempo se vuelven parte de nuestra identidad, y finalmente terminan por convertirse en lastres emocionales.

 

A todos nos ha pasado: nos cuesta trabajo deshacernos de libros, cartas, fotografías, ropa, (todas esas cosas que vamos acumulando) porque les hemos dado un significado, es difícil desprendernos: hay vínculos afectivos; en el aspecto emocional sucede exactamente lo mismo.

 

¿No será que hemos encontrado nuestra área de comodidad y nos da miedo incursionar en algo nuevo? Debemos enfrentar las situaciones que se nos presenten; como leí en algún libro: “si tienes que vivir en estrechez: acéptalo, si tienes que vivir en la obscuridad: afróntalo, pero siempre alegre y con animo”

 

Depender de algo o alguien nos convierte en prisioneros, nos quita libertad y eso no es en ninguna medida bueno.

 Aceptar la transitoriedad de las cosas, de la vida, de nosotros, nos permite vivir en desapego, vivir feliz, vivir pleno: sin lastres.